El caso Koldo estalló hace ocho meses vinculado con un presunto pelotazo en la venta de mascarillas durante la pandemia, que ha derivado en una compleja trama con tres nombres clave: el exnúmero tres de PSOE y exministro de Fomento y Transportes, José Luis Ábalos; su mano derecha y exasesor, Koldo García; y el empresario, presunto conseguidor de la trama y denominado el "nexo corruptor", Víctor de Aldama.
El juez Ismael Moreno ha elevado este miércoles una exposición razonada al Tribunal Supremo para que investigue al exministro al considerar que hay "indicios fundados y serios" de que tuvo un "papel principal" en la trama. La posible imputación de Ábalos le daría una nueva dimensión al caso y colocaría a quien fuera hombre fuerte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una más que delicada situación.
La causa va mucho más allá de la presunta corrupción en la venta de mascarillas, el hilo del que se empezó a tirar, con ramificaciones relacionadas con el pago de la vivienda de alquiler de una mujer "vinculada de manera muy personal a Ábalos", el rescate de Air Europa y la polémica por la visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.